Natalia Ruiz es una mujer casada con Rogelio (Ariel Padilla), madre de Luis (Alfonso Espeleta) y Gloria (Sofía Stamatiades) y aunque ha dedicado su vida entera a su familia y adora a sus hijos, siente que es tiempo de tomar las riendas de su destino y ser feliz.
Su relación con Rogelio va de mal en peor y ya no soporta las intrigas de su malvada suegra, Ágata (Lupita Ferrer) quien nunca ha soportado a su nuera y se ha dedicado la vida a destruir su relación con Gloria.
Cuando Natalia decide dejarlo todo para buscar su felicidad lejos de su marido y su suegra, el destino le juega una mala pasada. Ágata está dispuesta a hacerle pagar el abandono de la familia cuéstele lo que le cueste. Gloria es el arma perfecta de Ágata para atacar a Natalia. Logra poner a su propia nieta en contra de su madre y de esta manera Natalia siente una enorme presión. Pero su decisión es irrevocable. Se va de la casa pero tendrá que dejarlo todo, incluso a sus hijos.
En su nuevo comienzo como mujer soltera, destrozada por la terrible separación de sus dos retoños, Natalia conoce a Adrián (Mauricio Islas) de manera inesperada.
Inmediatamente ellos saben que son almas gemelas, pero la situación personal de Adrián es casi tan complicada como la que tuvo Natalia al dejar su casa. Él está casado con Elena (Sonya Smith), una mujer celosa y posesiva que ha hecho un pacto con Ágata para evitar que Adrián y Natalia puedan ser felices. Ella piensa que si su marido no le pertenece, tampoco merece ser feliz con nadie.
Entre intrigas y misterios, Adrián y Natalia tratarán de vencer los obstáculos para que triunfe el amor que sienten uno por el otro. Pero serán muchas las pruebas a superar y demasiados los enemigos.
